La Inteligencia Artificial (IA) se presenta como un factor clave para aumentar la competitividad y la eficiencia de las PyMEs en Argentina.
Según especialistas como Camila Manera y Fernando Cabello, la tecnología ya no es un horizonte lejano, sino una oportunidad concreta para el sector que, en el país, es responsable de generar cerca del 65% del empleo privado.
Las mejoras en productividad que las PyMEs pueden alcanzar con la implementación de estas soluciones a medida son significativas, llegando a superar el 30% o 35%, a través de inversiones accesibles y soluciones que son fáciles de escalar.
De hecho, para grandes empresas de tecnología, cerca del 70% de las PyMEs desea adoptar IA para su gestión, y un 30% de las que ya incursionaron reporta resultados positivos.
Una de las áreas de mayor impacto de la IA dentro de las PyMEs es la documentación y la asistencia al dueño. Manera explicó que un problema recurrente es la dificultad del propietario para transmitir su conocimiento al resto de la compañía, lo que genera inestabilidad cuando no está.
Para evitar esto, hoy se pueden crear “agentes” de IA que pueden documentar procesos y tomar decisiones, o al menos aconsejar, asegurando la continuidad operativa del negocio.
Estos agentes son especialmente requeridos para la gestión de la agenda y la eficiencia semanal de los dueños, ayudando a organizar reuniones y tareas para balancear su energía.
En términos de implementación, las PyMEs poseen ventajas competitivas sobre las grandes corporaciones, lo que les permite una adopción más veloz y eficaz.
Camila Manera destacó que sus estructuras livianas y la menor burocracia interna facilitan hacer pruebas piloto y tener una mayor velocidad de adaptación a los cambios.
Por su parte, Fernando Cabello, CEO de Tec5.tech, señaló que el contacto directo con sus clientes y el tamaño reducido de sus equipos de trabajo les permite capacitar y comunicar rápidamente a toda la estructura.
Esto se traduce en una capacidad para identificar problemas rápidamente y aplicar soluciones a tareas básicas como control de ausentismo, atención al cliente, errores repetidos o procesos manuales simples.
Para iniciar la inversión, la recomendación de los expertos es clara: se debe empezar con “pilotos pequeños”. Cabello subraya la necesidad de elegir un área específica para probar la solución de IA, medir los resultados y aprender.
Es fundamental capacitar al equipo para asegurar el uso sin resistencia de los nuevos recursos, colaborar con información de calidad con los desarrolladores, y definir métricas claras como la reducción de tiempos o el aumento de ventas.
Además, si bien la inversión puede ser de entre $3.000 y $5.000 dólares para desarrollar agentes de IA , es crucial diseñar pensando en la escalabilidad y la integración futura con otras herramientas, ya que la IA es la base del desarrollo tecnológico de los próximos años.
La tendencia es trabajar con código abierto para que los clientes no queden cautivos de proveedores de soluciones prediseñadas y puedan elegir libremente con quién seguir trabajando en sus soluciones a medida.
