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Minería: qué ofrecen los bancos a un sector en crecimiento y con una cadena de proveedores creciente

Banco Supervielle y Banco Comafi presentan estrategias para focalizarse en un sector dinámico de la economía. ¿Qué instrumentos están al alcance de las pymes?

Planta de litio en Centenario Ratones, Salta.

Los bancos argentinos, como Banco Supervielle y Banco Comafi, entre otros, están reconfigurando sus estrategias para focalizarse en sectores dinámicos de la economía privada ante la menor demanda de financiamiento del sector público. La minería emerge como uno de los ámbitos con mayor potencial y que promete un crecimiento significativo a futuro.

Estas entidades financieras, entre otras tantas, están adaptando sus estructuras y carteras de productos para acompañar el desarrollo de la industria, poniendo un énfasis particular en la financiación de la cadena de valor y los proveedores locales. Esto quedó claro en Arminera 2025, la feria más grande del sector que tuvo 20 mil participantes y un gran interés por la expansión de la minería en el país.

Esta nueva orientación de las instituciones financieras responde a un contexto en el que los bancos, tras años de un negocio “relativamente fácil” centrado en financiar al sector público, ahora necesitan “trabajar de bancos” nuevamente, buscando oportunidades de generación de ingresos en el sector privado.

Sectores como el agro, petróleo y gas (Vaca Muerta), economía del conocimiento y minería son identificados como los más dinámicos.

¿Qué ofrecen los bancos a los proveedores del sector minero?

Aunque la minería tiene tiempos de desarrollo de proyectos más largos que otras industrias, su potencial es inmenso, considerando que Argentina exportó 4600 millones de dólares en minería el año pasado, menos de la décima parte de lo que exporta Chile (57.000 millones de dólares).

Además, según la Secretaría de Minería, de 200 proyectos activos, solo el 10% o 15% están en producción, lo que augura un crecimiento “gigantesco”.

Para abordar este sector, Banco Supervielle creó una división de minería con personal y analistas de crédito especializados, reconociendo las particularidades de esta industria, indicaron desde la institución bancaria.

Banco Comafi, por su parte, se enfoca en “ser un banco cercano y especialista”, pensando constantemente en las necesidades de sus clientes y sectores, señalaron.

La principal demanda de financiación no proviene de las grandes operadoras mineras en la etapa inicial de los proyectos (especialmente aquellos bajo el régimen RIGI, cuyas inversiones de miles de millones de dólares suelen financiarse desde el exterior mediante emisiones de capital, aporte de casas matrices, o project finance internacional).

El rol crucial del sistema financiero local está en la cadena de valor, es decir, el universo de proveedores que atienden a estas grandes mineras.

Este universo es amplio y diverso, abarcando desde medianas y grandes empresas hasta pequeños emprendimientos unipersonales o comunitarios, muchos de los cuales carecen de un historial financiero extenso o la sofisticación administrativa de compañías más grandes.

“Los bancos tenemos que mirar mucho más cash flow futuros entender la naturaleza de los contratos mirar mucho el riesgo de performance o sea ¿qué probabilidad hay de que este proveedor cumpla lo que tiene firmado o la orden de compra que tiene con la minera y en base a eso financiarlos”, explica Ignacio Morello, gerente Corporativo de Banca Empresas del Banco Supervielle, en díalogo con Avistajes,  destacando la necesidad de adaptar el análisis crediticio tradicional.

Esta adaptación implica flexibilizar procesos y requerir personal especializado que entienda que se trata de una industria en transformación o casi naciente.

El portfolio de productos que los bancos ofrecen a este sector es amplio. Incluye financiación de capital de trabajo (descuento de facturas, cheques), líneas a largo plazo, y leasing.

¿Qué es el leasing y cómo lo ofrecen los bancos para proveedores mineros?

El leasing es señalado como una herramienta “por excelencia” para financiar la adquisición de equipamiento, camionetas o camiones que los proveedores necesitan.

También se ofrecen instrumentos del mercado de capitales, como obligaciones negociables (ONs), tanto bajo régimen general como simplificado para pymes, y pagarés bursátiles avalados.

Banco Comafi, en particular, menciona a su unidad Capital Corporation como líder en el mercado de leasing y un jugador importante en el mercado de capitales.

Jeremías Maratta, responsable del sector minería del Banco Comafi, subrayó, en diálogo con el streaming Arminera Live, que “con las herramientas que tenemos la verdad es que hemos logrado poder aportar al sector instrumentos de valor importantes que que ayudan y fomentan el crecimiento de los proyectos, tanto los proyectos como su cadena valor sus proveedores”.

Afirma que cuentan con “todas las herramientas y todos los instrumentos necesarios” para ayudar a las operadoras y a sus proveedores, mencionando avales bancarios, leasing, emisión de obligaciones negociables, riesgo y líneas de crédito.

La relación con las operadoras mineras es clave, ya que muchas de ellas buscan desarrollar proveedores locales como parte de su política de dejar una huella en las regiones donde operan.

Los bancos acompañan esta intención, volviéndose más “empáticos” y adecuándose a las realidades de estos nuevos actores.

Un ejemplo de esto es la participación de Banco Supervielle en charlas de educación financiera para proveedores pequeños a pedido de una gran minera, ayudándolos a administrarse.

La demanda de financiación por parte de los proveedores mineros muestra una “tendencia creciente”.

Si bien en provincias como San Juan, donde los grandes proyectos de cobre están aún en etapas previas a la producción, hay muchas empresas en expectativa, en regiones con operación más consolidada, como Salta con el litio, ya hay una operatoria activa.

¿Qué pasa en el NOA por el crecimiento del litio?

En el Noa, Banco Supervielle tiene clientes entre unos 80 proveedores, con operaciones que se miden en millones de dólares, según le contó a Avistajes un ejecutivo de la institución.

“Los proveedores demandan agilidad y menos burocracia, como facilidades para descontar facturas sin trámites engorrosos”, señala Morello en diálogo con Avistajes.

Las necesidades financieras varían enormemente, desde microemprendimientos que requieren líneas pequeñas (ej. 300-500 millones de pesos para descuento de facturas) hasta empresas medianas-grandes con facturaciones elevadas que pueden acceder a líneas de crédito significativas (ej. 5000-10000 millones de pesos).

Respecto a las tasas, varían según el instrumento y la moneda. Para plazos largos en pesos, el mercado de capitales ofrece ONs base TAMAR + 5% o base UVA + 10% aproximadamente.

En dólares, para generadores de divisas, las tasas rondan el 9%, aunque el financiamiento en esta moneda está regulado y limitado a exportadores o su cadena de valor directa.

Para líneas de capital de trabajo en pesos, las tasas están alrededor del 35%, señaló Morello.

La regulación de créditos en dólares es estricta, lo que limita la colocación de los depósitos en esa moneda, aunque se discute una posible flexibilización.

A pesar del entusiasmo y el potencial, existen desafíos estructurales. El sistema financiero argentino, reclalcan, es “enano” en relación al tamaño de la economía (el crédito es solo el 10% del PBI, comparado con cinco o seis veces más en Brasil).

Esto se debe a cuestiones históricas como la seguridad jurídica y la fuga de capitales.

Para sostener un crecimiento alto de la minería que lleve las exportaciones argentinas a niveles comparables con Chile, será necesario que el sistema financiero consiga más fondos externos, se capitalice más y supere las restricciones de financiamiento que podrían surgir como “cuello de botella” junto con la infraestructura y la disponibilidad de proveedores, indicaron en el sector bancario.