Pymes

El alquiler de maquinaria impulsa la rentabilidad de las PyMEs constructoras

Menos costos, mayor flexibilidad: la estrategia que redefine el negocio de la construcción en un contexto económico desafiante.

La industria de la construcción, un pilar fundamental en la economía argentina, está experimentando una transformación significativa impulsada por la creciente adopción del alquiler de maquinaria.

Esta estrategia permite a las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) del sector optimizar sus operaciones, reducir costos y mejorar su flexibilidad financiera y operativa, en un escenario económico que exige máxima eficiencia.

Tradicionalmente, la compra de equipos representaba una inversión considerable para las constructoras, implicando no solo el desembolso inicial sino también costos asociados a mantenimiento, almacenamiento, reparaciones, depreciación y el riesgo de obsolescencia tecnológica.

Sin embargo, el alquiler emerge como una alternativa mucho más rentable.

Según datos del sector, alquilar una hormigonera por una semana puede costar alrededor de $120.000, mientras que la compra del mismo equipo supera los $3 millones.

“Alquilar es, en promedio, un 90% más económico que comprar”, afirman desde Casa do Construtor, una red con más de 800 unidades activas en América Latina.

Esta diferencia abismal en los costos iniciales y operativos libera capital que las PyMEs pueden destinar a inversiones estratégicas o a la expansión de sus proyectos.

El impacto de esta modalidad va más allá de lo financiero, alcanzando también aspectos logísticos y operativos.

La disponibilidad inmediata de equipos en óptimas condiciones minimiza los tiempos de inactividad, un factor crítico en un sector donde el salario promedio de los trabajadores registrados supera los $630.000 en 2025.

“El equipo llega donde lo necesitás, cuando lo necesitás. Esa agilidad incide directamente en la eficiencia del proyecto”, destacan.

Además, las empresas de alquiler suelen ofrecer mantenimiento in situ y acceso a tecnología de última generación, como equipos eléctricos más eficientes o herramientas con sensores IoT, sin que las PyMEs deban asumir los costos y riesgos de adquirirlos.

La flexibilidad es otro pilar fundamental del modelo de alquiler.

Bruno Arena, director de Franquicias Casa Do Constructor.

Las empresas pueden adaptar su parque de maquinaria a las necesidades específicas de cada proyecto, evitando la adquisición de equipos de baja rotación o la duplicación innecesaria de inventario.

Esta agilidad permite a las constructoras gestionar múltiples obras de forma simultánea y optimizar la distribución de sus recursos, impulsando su competitividad frente a empresas de mayor envergadura.

En Argentina, donde más del 99% de las empresas son PyMEs y el 8% de ellas operan en la construcción, el alquiler de equipos se consolida como una herramienta clave para la profesionalización y el ordenamiento financiero del sector.

Al representar el equipo alquilado en algunos casos menos del 5% del valor total de un proyecto, se genera un margen operativo más holgado, facilitando una mejor planificación de gastos y la liberación de capital para inversión.

El crecimiento de esta tendencia no es exclusivo de Argentina; el mercado global de alquiler de maquinaria se proyecta con un crecimiento anual del 5,1% hasta 2029, impulsado principalmente por las PyMEs y empresas que operan por obra o contrato.

Esta dinámica global subraya un cambio de paradigma hacia la “desmaterialización de activos”, donde el acceso y el uso prevalecen sobre la propiedad, permitiendo a las empresas enfocarse en su negocio principal y responder con mayor dinamismo a las demandas del mercado.